"El dolor es inevitable, el sufrimiento es opcional"

¿Qué es la psicoterapia?

Las personas que solicitan la ayuda de un terapeuta normalmente manifiestan síntomas muy diversos y complejos, que pueden llegar a afectar significativamente su experiencia personal, su vida cotidiana y la relación con los demás, conllevando gran malestar.

Algunas señales sobre las que estar atentos son:

∼ Sensación de angustia o ansiedad continua.

∼ Apatía y/o tristeza.

∼ Cambios bruscos en el estado del ánimo.

∼ Disminución en la confianza en nosotros mismos.

∼ Falta o ausencia de apetito para hacer o disfrutar de las cosas.

∼ Dificultades en la relación con la pareja u otros miembros de la familia.

∼ Dificultades en la relación con las personas de tu entorno más cercano, como amistades o compañeros de trabajo.

∼ Problemas de sueño y alimentación.

∼ Dificultad en las relaciones sexuales.

∼ Problemas relacionados con el consumo de sustancias…

Este tipo de situaciones generan un gran sufrimiento en las personas, si bien dicho sufrimiento puede considerarse como la antesala al cambio, motivando el primer paso que requiere todo proceso terapéutico: la petición de ayuda.

La psicoterapia es un proceso orientado al cambio que ocurre en el contexto de una relación profesional, empática y de seguridad, a través de la cual se facilita la toma de conciencia y la comprensión de aquellas ideas, emociones y comportamientos que hasta el momento han supuesto confusión para el paciente.

Todo ello promueve y conduce hacia un alivio del malestar que invita a pedir ayuda, si bien el proceso terapéutico va más allá de lo anterior, de forma que el terapeuta conduce al paciente a encontrar habilidades y fortalezas propias que ya existen en la persona, experimentándose nuevas oportunidades para aprender diferentes modos de pensar, sentir y actuar, con las que se promueva la sensación del dominio y control personal, alcanzándose cambios más profundos y duraderos.

La psicoterapia es una conversación sanadora que ocurre en un espacio de seguridad.

¿Cómo puedo ayudarte?

Terapia individual

A lo largo de nuestra vida, en ocasiones nos encontramos en situaciones que nos generan dificultades, crisis o bloqueos. En estos casos, la psicoterapia individual ayuda a la persona a identificar aquellas emociones, comportamientos e ideas que nos están obstaculizando, comprendiendo el sentido y significado que tienen para nosotros, cómo se originaron y por qué continúan manteniéndose, redescubriendo nuevas maneras de relacionarnos de forma más saludable con nosotros mismos y con nuestro alrededor.

En otras ocasiones, hay personas que solicitan ayuda para mejorar su experiencia vital de manera general, demandando un espacio para el crecimiento personal.

De cualquier forma, estamos ante un proceso terapéutico adaptado a cada persona, que se da en un contexto de seguridad, confianza y libertad, donde el paciente es protagonista de su propio cambio y el terapeuta brinda su ayuda para desenredar aquellos aspectos que son fuente de malestar y sufrimiento, para volver a ordenarlos  e integrarlos de forma que favorezcan una vida más satisfactoria.

«No vemos las cosas como son, las vemos tal como somos» – Anais Nin

Terapia de pareja

La psicoterapia de pareja puede serte de ayuda cuando existen situaciones o acontecimientos que afectan a la relación, por las propias características de la misma (problemas de comunicación, diferencia de valores, diferencias en la parentalidad, dificultad en la toma de decisiones…) o bien debido a diferentes momentos del ciclo vital por los que atraviesa la pareja.

Como cualquier tipo de proceso terapéutico, el cambio pasa por encontrar nuevas maneras de relacionarnos. En este caso, se trataría de identificar de manera conjunta aquellos aspectos de la relación de pareja que deseamos modificar, entendiendo dicha relación con aquello que tiene que ver con nosotros mismos, con el otro miembro de la pareja y con la relación existente entre ambos.

De esta forma, dicha ampliación del foco o mirada a la hora de observar las dificultades en la pareja, facilitará un mayor conocimiento y comprensión de las mismas para posteriormente poder hacerles frente de forma más satisfactoria.

A partir de ahí, si es posible se generarán nuevas maneras de relacionarnos que aumenten el bienestar en la relación de pareja. Si ello no es posible, la terapia irá encaminada a la separación de la mejor manera posible y con el mínimo coste emocional.

 «Uno más uno, suman más que dos»

Terapia familiar

Existen diferentes situaciones que pueden llevar a una persona o una familia a demandar terapia familiar. Suelen responder a un sentimiento de conflicto o malestar, relacionado directamente con un miembro de la familia o bien cuando se considera que otras personas tienen que ver con nuestro sufrimiento, pese a que éste no parezca afectarles de manera directa. En otros casos, se trata de dificultades ante las transiciones por diferentes etapas del ciclo vital de cada familia.

En cualquier caso, nos encontramos ante situaciones que pueden afectar a un saludable funcionamiento familiar. El espacio terapéutico, será beneficioso para restablecer el equilibrio en el sistema familiar, permitiendo al mismo tiempo el crecimiento y la maduración de todos los individuos que forman parte del mismo, así como el afrontamiento de nuevas etapas o exigencias ante las que tengan que hacer frente.

La terapia familiar puede ser muy útil ante situaciones como:

∼ Problemas de comportamiento en los menores.
∼ Dificultades en la convivencia o comunicación familiar.
∼ Separación/divorcio.
∼ Dificultades de adaptación a nuevos cambios familiares.
∼ Pérdida o duelo de un ser querido.
∼ Situaciones de maltrato infantil, acogimiento familiar o adopción…

El proceso terapéutico estaría centrado en identificar las diferentes formas de relación entre los miembros de cada familia, con las que el terapeuta tenga la información suficiente para ayudarles a identificar de manera conjunta aquellos recursos y potencialidades que como familia les permitan afrontar sus dificultades, disminuir su malestar y generar nuevas maneras de relación y funcionamiento. Lejos de señalar o culpabilizar, se trata de un proceso de responsabilización, restableciéndose un funcionamiento familiar saludable.

«La terapia familiar supone un espacio donde encontrar nuevas soluciones ante antiguos problemas.»